La llamada animal

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Animales: Maestros y Sanadores

miércoles, 14 de febrero de 2024

De cómo una Loba y una Fauno nos enseñaron el amor a la vida

Muchos ya son los que saben que en este día de tintes rosados, corazones por doquier y flores y bombones, no celebramos a un santo. Sino que como a menudo sucede, la celebración y honra ancestral es a un ser totalmente distinto y casi siempre, denostado por el santo de turno que se le ha puesto encima.


No es mi intención el juicio a una persona, pero sí a una institución, a un dogma o movimiento que negó, abusó y cercenó de nuestras vidas, la huella primigenia de lo ancestral y sagrado.


Y te puedes preguntar, ¿y que tiene que ver esto con la Loba y el Fauno? Pues mucho, ya que en este día llamado San Valentín, una de las festividades de las que hay constancia eran las Lupercales. Derivando en los actuales carnavales de muchas zonas de Iberia y del mundo. Honra a la energía salvaje, de éxtasis y gozo. 


La energía de la tierra se esta levantando y el mundo natural lo celebra, lo siente en sus cuerpos y lo expande a través de su ser. Danza, baila, come y bebe. Se tocan y aman. Es un preludio de lo que está por venir en Beltane, aún lejano. Es un salto de alegría ante el despertar de la Diosa, de sus dedos alzándose de la tierra. Luperca, la Loba Madre era celebrada en estos días.


Charles Vess



Pero no nos olvidemos de algo,  el masculino camina junto a lo femenino, su igual. Y eso es lo que nos dice este día. Luperco era una fauno, al que se asocia al Dios Pan. Un sátiro para los griegos, que porta la celebración, el desenfreno y el gozo en sus atribuciones. Y si vemos con perspectiva, ambas frecuencias, nos hablan de creación, fertilidad y celebración.


La tierra despierta y con ella sus seres comienzan a festejar el nuevo ciclo. El masculino Fauno, uno de los linajes mágicos que habitaban en Gaia hace mucho. La femenina Loba,  una guía del femenino ancestral. Juntos en unidad y poder nos revelan la energía de la vida. Amor es vida. 


Quizás para algunos sea más sencillo o cómodo celebrar a un santo impuesto. Para mí lo prioritario es saber en que energías estoy poniendo mi voluntad y ser.  No, por no celebrar este día o ir de terrorista anticupida,soy una romántica empedernida, nada mas lejos de mi realidad.Pero sí, celebrar lo afín a mi, y de paso decirle a ciertas partes, conmigo no va esto.





Porque si queremos cambiar cosas, dejar de ser esclavos de creencias y de dogmas, realmente queremos entrar en una verdad, hagamos lo mismo honrando a los que nos precedieron. Y desde ahí construyamos algo aún mejor, pero con fuertes y amorosos cimientos. 


Yo hoy no celebro un santo, celebro la unidad de las partes complementarias. Celebro a la Diosa que resurge y al Dios que la acoge. Celebro su fusión y el gozo de la risa. De lo sensorial y de lo salvaje. Celebro la vida, estar vivos. Hemos sobrevivido el invierno, y hay que celebrarlo. Quizás se necesite todo esto para ahuyentar los fantasmas del invierno, no lo sé, pero lo que sí tengo claro, es que hoy celebramos vida, VIDA, así en mayúsculas. Y la vida para mí, hoy tiene dos rostros, Loba y Fauno.


Feliz día de la Vida, que la alegría y el gozo este con todos vosotros!


Asia Moana


Imagen  1 Sunlight and Shadow by Charles  Vess.

Imagen 2 Remus and Romulus and their nursemaid by Jacques Laurent Agasse.


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