La llamada animal

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Animales: Maestros y Sanadores

martes, 29 de marzo de 2016

De como el cuervo se hizo humano y recordó su esencia


La vida siempre trae regalos, como este cuento que me regalo una hermana de la tierra, la Mujer Cuervo...




Hace algún tiempo, no tanto como se cree, los humanos vivían en armonía con la naturaleza, respetaban el bosque porque vivían de él, sabían expresar el respeto por las presas cazadas a las que honraban y veneraban como sustento de su existencia, sabían que sus almas bailaban el mismo son que la madre naturaleza, sus vidas eran sencillas y duras, pero eran libres de alma y corazón allí donde la tierra se cubre de cristales blancos. 

Pero el tiempo pasó y otros hombres de diferentes civilizaciones y culturas aparecieron en la tierra de los cristales blancos con sus armas de fuego y sus vidas complicadas y destruyeron la esencia y el alma de estos pueblos rompiendo el equilibrio con la madre naturaleza. 

Un cuervo del bosque lo vio todo y compadeciéndose del humano le pidió al gran espíritu que le ayudara a recuperar el equilibrio, a infundir de nuevo la esencia de la naturaleza en los corazones de todos los hombres y el gran espíritu le escuchó y apareció con la forma de un gran reno para hablarle al cuervo.

 - Solo los humanos tienen el poder para ayudarse a sí mismos, deben ser ellos los que encuentren la senda para volver a ser uno con su esencia. 

Entonces el cuervo graznó diciendo:

 - En ese caso quiero ser humano, quiero ayudarles a abrir sus corazones.– a lo que el gran espíritu le respondió rotundo: - Si fueras humano pensarías como un humano, sentirías como un humano y no podrías ayudarles.  

El cuervo se quedó pensativo un momento pero enseguida replicó:

 - No, yo sé que puedo recordar mi esencia, sé que puedo ayudarles. 
 -Que así sea – le respondió el gran espíritu – vivirás una vida de humano y tu vida como cuervo acabará. El cuervo asintió con firmeza y el gran espíritu le concedió lo que pedía, su cuerpo de ave murió y su alma transmutó para nacer en otra época y en otro lugar. Nació siendo una niña en una familia normal, en un sitio corriente, pero lejos de las tierras cubiertas de cristales blancos.

 Al principio al cuervo, que recordaba su esencia y su anterior vida, le costaba acostumbrarse a ese nuevo cuerpo, a la densidad de las emociones que le inundaban, no podía volar, y estar siempre en tierra le mareaba, además apenas soportaba el tacto con otros humanos, añoraba sus plumas y la protección que le proporcionaban. Pero su madre humana le hizo conocer el cariño y la protección añorada y poco a poco la niña cuervo se acostumbró a su nuevo cuerpo y comenzó a crecer y a aprender como un humano, a jugar como un humano y por supuesto a pensar como un humano y entonces olvido su esencia y aquello que confiaba que no iba a pasar sucedió y el bosque entero se estremeció lamentando la perdida. 



 El tiempo pasó y la niña cuervo se convirtió en una mujer y se enamoró de un humano, un humano al que había conocido por otras muchas vidas y se sintió feliz al reencontrarse con un alma amiga y su vida olvidada comenzó a despertarse. Reconoció al hermano lobo, al hermano búho, al hermano rio y al bosque y se estremeció de dolor con lo que el humano hacía con la madre naturaleza y lloró ante el desequilibrio y la oscuridad de la sombra en la que estaba sumida la humanidad. Pero su esencia aún estaba olvidada y su lucha era desde el dolor y la ira, su lucha contra lo que llamaban civilización y progreso, contra la dominación del hombre y su superioridad solo existente en sus mentes. 

 Pero la mujer cuervo se dio cuenta de que ahora ella era humana y formaba parte de esa civilización y cambió su actitud, el humano también forma parte de la naturaleza a pesar de todo. Y entonces conoció a la mujer Orca, aquella que trae la esencia del mar y ella le enseñó el arte de la escucha, de la escucha desde el corazón.



 Y le hizo despertar su esencia y la mujer Cuervo la recordó y escucho de nuevo a sus hermanos, y entonces comenzó a pensar como un humano/cuervo y su lucha se hizo diferente, ayudando a los humanos a entender su esencia y su naturaleza, sus luces y sus sombras, sus emociones positivas y negativas y comenzó a fluir y a luchar no desde la ira y el miedo sino desde la perspicacia y verborrea del cuervo. 

 Entendió su sombra y que forma parte del equilibrio. Entendió que el miedo y la ira son emociones que están en la sombra, no hay que renegar de ellas, hay que vivirlas y abrazarlas y entonces así sabrás quien eres y no te temerás a ti mismo. Y un día buscando su esencia más profunda, la mujer Cuervo viajo a tierras del norte, donde la tierra está cubierta por cristales blancos y entonces, al ver a sus hermanos cuervos sobrevolar los inmensos bosques y lagos, al ver las esencias de los antiguos humanos en las piedras y en los bosques y en los ojos de los que allí habitan, recordó esta historia para que fuera contada y para que el humano no la olvide, para que no olvide su esencia y su conexión y equilibrio con el gran espíritu.

Gracias Nana, por no olvidar... por recordar... por estar...