La llamada animal

La llamada animal
Animales: Maestros y Sanadores

domingo, 13 de octubre de 2024

Una Tigresa nos enseña sobre el Honor

 


Lucy es una tigresa de bengala que hasta ahora residía en el Ecoparque de Mendoza en Argentina, y hace muy pocos días emprendió el viaje de su vida. Gracias al extraordinario trabajo de muchas personas unidas desde el Ecoparque, la fundación Franz Weber y Enfoque Animal, Lucy ha cambiado su residencia a un santuario donde podrá disfrutar de sus últimos años de vida, con dignidad, amor y cuidados propios de su edad y necesidades. The Wild Cat Sanctuary es ya una realidad, su nuevo hogar es algo totalmente diferente a lo que ella estaba acostumbrada. Un cambio para bien. En el Ecoparque cerca de ella, residía Violeta otra tigresa, que murió hace unos meses y no pudo llegar a vivir esta experiencia tan cercana a vivir en la naturaleza. Lucy nació en cautividad se estima sobre el 2008, en Buenos Aires. Me llegó la noticia a través de Mariana, una amiga muy comprometida con la liberación y reubicación de diversos animales del Ecoparque, junto a ella trabajamos  en el viaje de Pocha y Guille al santuario de Brasil. Me pasó los datos y noticia, justamente íbamos a hacer el podcast de este mes sobre la energía de los felinos, todo se colocaba. Así que sin saber demasiado bien los tiempos, comuniqué con Lucy y la sorpresa fue que justamente era la noche anterior a su desplazamiento al santuario. Al escribir estas líneas Lucy está ya en el santuario, feliz y adaptándose, rodeada de maravillosas personas que aman a los animales y los respetan. Esto es lo que Lucy me contó:




El viaje hacia la libertad se vive con incertidumbre y miedo. Huelo tierras y cielos diferentes, sé que a donde voy estaré con mas como yo. Echo de menos a Violeta. Ella fue mi guía y se fue para proseguir su camino y abrirme el mío.  Los humanos no veis los actos de generosidad  fácilmente. Tenéis demasiados apegos, para simplemente daros cuenta. Y a menudo desconfiáis de estos. Eso es porque el honor se olvido hace mucho. El honor de ser leal, del respeto a la vida y al ser. Hay leyes inmutables en este planeta, cómo el día y la noche. El honor, es la fuerza que mueve nuestros corazones para seguir nuestra senda. No una fuerza para derribar o ser astuto, no, una fuerza para no fallarte a ti mismo, para  saber que elegir en cada momento en coherencia con tu corazón y tu momento. El honor que reside en los animales es puro y limpio. La muerte esta rodeada de honor, de respeto y sentir, y todo esto esta dentro del amor. El honor es algo que el hombre ha olvidado, porque ha olvidado quien es. Dentro del telar. El honor te dice cuando tus pasos son buenos desde tú corazón, para ti y para el resto del mundo que tocas. Si tu honor no esta guiando tus pasos, lo hará tu miedo, tu carencia. Y desde ahí no puedes ser generoso o compasivo. El honor no es algo que aprendamos de otros, es algo que reside en nuestra chispa de divinidad que somos. Es un calor en tu interior que hace que te sientas bien, pero no es condescendiente contigo, ni adula, es reconfortante y un hogar. Es cálido y respetuoso con tu espacio. Es hogar. Los que hemos perdido el hogar, atesoramos el honor como algo muy valioso. Es nuestro último reducto. La última frontera antes de caer al vacío. Por eso es importante que los animales cautivos puedan vivir su experiencia con honor, sentir eso. A veces no es sencillo, la cautividad aun elegida, abruma.





Los Tigres ayudamos mucho a anclar el honor en estos lugares a que todos recuerden quienes son, y es lo que tu haces cuando nos escuchas y trabajas con nosotros. Es la mayor medicina, recordar quienes somos. Tu sabes bien que es eso, lo doloroso que es a veces recordar pero lo que rompe el olvido. Mientras tengamos honor en nuestros corazones seguiremos viviendo y apostando por otro día. Cuándo no has tenido ese hogar, esa calidez, no te conviertes en frialdad sino todo lo contrario, puedes llegar a convertirte en el amor que no te dieron, ser el hogar que nunca tuviste. Es complicada, a menudo la experiencia pero nunca sabes que te depara el movimiento. Ahora huelo a otra tierra, estoy nerviosa, me altera este movimiento que no controlo pero respiro y no olvido mi honor de ser quien soy. 


Estoy deseando volver a ver a compañeros que conocí hace mucho. Que tengan calma, que me den calma, espacio y tiempo. Sé a donde voy, se quién soy y Violeta sigue conmigo guiando mi senda. La vida continúa por más enrevesado que sea el camino, si te mueves hay siempre esperanza.


Una de las cosas que más voy a agradecer es ver las estrellas, y sentir el manto de la noche, gracias por esto. Tan solo tiene que suceder un movimiento y todo cambia.”


Lucy nos recuerda la importancia del honor, de algo que nadie ni nada puede despojarnos si nosotros mismos no lo permitimos. Aun en momentos de cautiverio, de maltrato, de vidas tristes o crueles, muchos de ellos no pierden ese  honor del que habla Lucy. Otros muchos les ayudan a sostener esa fuerza del corazón. Los tigres son unos de ellos. Dignidad, honor y respeto son los nuevos valores que estarían bien sintiéramos con los animales en cautividad, y tratarlos desde ahí. Ellos no han olvidado el honor y de nuevo nos ayudan a recordarlo, puesto que como dice Lucy nunca sabes cuando va a cambiar algo, mientras haya movimiento habrá esperanza.





Gracias Lucy, gracias a tantos tigres, todo esto me ha recordado a Tony, a Tibor, a Gala, Dharma, etc otros tigres con los que he trabajado y que siempre me han enseñado ese respeto y honor. Por todos ellos y sus vidas de honor,


Con amor Asia.


Imágenes de Ecoparque de Mendoza, Enfoque Animal y WildCat Sanctuary. 



www.wildcatsanctuary.org


jueves, 3 de octubre de 2024

Un mastín nos habla sobre el vivir


 Hace pocos días hablaba con un mastín que me transmitía un mensaje muy bonito sobre el acierto de vivir. Que, aunque la vida sea dura, cruel y abusiva, está para vivirla porque nunca sabes que puede suceder si mantienes la esperanza. Él tuvo una vida dura, complicada pero ahora lo han acogido unas chicas que son sus ángeles. Él  me decía que, tras una vida tan dura ahora al fin, en un hogar de amor y calidez, para él esto era su gran éxito. Está delicado de salud y yo le preguntaba si se animaba a agarrarse a la vida, qué intención tenía si seguir o ya sentía llegaba su momento. Y me contestó algo que me emocionó, como tan a menudo lo hacen:

 “Vivir o morir no es lo importante, el éxito es que sé lo que es el amor, la calidez y una mano amable. Y si tan solo lo vivo dos días, dos meses o diez años, esto será lo que mi corazón guarde, el haber sentido amor. Si muero mañana, aunque solo haya estado en esta nueva vida, horas, o días, será el éxito de mi vida. No será un fracaso puesto que lo realmente importante es haber sentido. Y sentir la calidez de un hogar, es maravilloso. Mi alma acogerá este sentir y lo anclará en mí, y así mi vida tendrá un sentido. Porque cuando sientes todo cobra sentido,

Me iré sabiendo que el amor estuvo conmigo, que me abrazó y me acunó. Olvidé a mi madre hace mucho, tanto dolor era como una niebla que atenazaba mi corazón, así que empezó a desdibujarse. Perdí el relieve de los bordes y se fue atenuando su recuerdo en mí. No fue algo que sucediera de repente, ni siquiera sabia que sucedía, sin más un día sólo sentí que no tenía claridad en ese recuerdo.

 Y esa tristeza se hizo profunda y arraigó. Pero un día al sentir el amor de un hogar, el recuerdo cobró color. Porque a los recuerdos no los mata el dolor, sólo los cambia de perspectiva. Nada se pierde u olvida, sólo se transforma. Ella no te ha olvidado, los recuerdos viven en su amor a ti. Sé el calor del hogar, sé la vida, y ella vivirá en ti. Contigo. Por siempre. Como mi madre está conmigo. Cómo la Tierra está con Todos.”



Cuando entra el dolor, la angustia y la tristeza, el amor se apaga, es como poner algo en mute. No deja de estar, pero no se percibe igual. No es algo malo, de hecho, es sano sentir el dolor. Pero hay que dejar que recorra el camino, que se agote, que haga su labor y decirle adiós, para que el amor vuelva a ocupar su trono. Amor no desde la visión romántica o alegre de todo es perfecto y soy feliz y mi vida es maravillosa, amor desde estoy viva, gracias.

Y de nuevo me encontré con ese gran concepto del estar viva. Que todos los animales celebran cada día, cada segundo de su existencia. Sólo siendo y estando en la presencia, siendo quienes son, sintiendo lo que llega y la experiencia les trae. Dolor, pues dolor, tristeza, perfecto, vivo y siento y sigo con esperanza. Para algunos los animales no tienen todo este complejo sentir de percepción, pero sólo diré que si he llegado a amarme y a ser mejor humana es gracias a ellos. Ningún humano me ha enseñado lo que ellos, quizás también se deba a que con ellos no hay barreras, sólo amor. Y es uno de los mayores regalos que me dio mi madre. El amor a los animales, haber crecido en una casa donde los animales eran parte de la vida diaria, donde nos rodeábamos de ellos y eran amados.

 

Cómo tanto se habla en terapia, ¿vives o sobrevives? Muchos profesionales hablan de la supervivencia de ese estado de alerta constante y de estrés cómo algo animal e instintivo. Estar en completa tensión, regidos por nuestra parte mas animal. Y lo siento, pero no lo comparto. Solo hablan de la parte fisiológica o biológica del animal, pero olvidan que los animales no son sólo un organismo de células que vive la vida por instintos y motivaciones básicas de vida, un animal vive por existencia. Sabe qué es la vida, la elige vivir y aunque no todos están en la misma evolución, muchos de ellos saben de sobra vivir en total calma. No confundamos estar alerta con estar en supervivencia, creo que al final se han errado los conceptos, o sus asociaciones. Sé como trabaja la mente de un animal, humanos incluidos. Llevo muchos años observando la mía, la de los que me rodean y sobre todo trabajando con la de muchos animales desde diferentes puntos de vista. Y si hay algo que he aprendido es que todo radica en la consciencia. La falta de perspectiva, de comprender las diferentes visiones del mundo, desde cada ser que lo habita, es lo que nos ha dado la ilusión y el dogma del antropocentrismo.




Nuestra visión del mundo es una más, junto a la de los demás de todos los reinos. Comprender como viven otros seres en nuestra realidad física es importante para tener más visión de este gran telar. Pero no nos olvidemos de la realidad emocional, psíquica, energética. Si comprendemos, podemos aprender y evolucionar. Nos haremos más sabios, y también más compasivos. Seremos parte de algo grande a lo que siempre hemos pertenecido. Recordaremos quienes somos, quienes vinimos a ser, no que vinimos a hacer.


Por eso hablo con los animales, pero no solo con ellos, arboles, piedras, volcanes, todo lo que esta vivo, tiene pulso, está dotado de espíritu y se comunica. El ser humano debe volver a escuchar el antiguo idioma de este planeta. Debe volver a sentirse parte intrínseca de la Tierra. Volver a ser sus hijos, sanar las heridas y comprender a todos sus hermanos y por supuesto comprender y amar a la gran Madre que todos compartimos, Gaia.

 

Ellos ya lo hacen, y os seguro que son muy felices en ese compartir. Lo hemos olvidado, pero no hace tanto, aún está en nuestras células y anhelos. Os lo aseguro. Así al comunicar con este bendito mastín que me habló sobre el éxito que es vivir, sané un poco más mi miedo a la vida, que a veces me atenaza. Sané mi miedo a dejar de existir en la memoria de mi madre, porque ella ya no me recuerda. Sané el miedo a errar porque todo cuenta, y cada aliento, lágrima y caída me han hecho ser quien soy. Pero también sané y abracé lo bonito que es triunfar y ser feliz y cuánto me lo he impedido. Todo esto por escuchar a un sabio mastín que me toco el corazón con esa tristeza profunda en su voz, pero a la vez la calma de quien se sabe vencedor de esto que llamamos vida, porque si sientes, todo cobra sentido.




 

Gracias a Nahui, el gran Mastín. A Arantxa de Txicas de Etxauri y toda esa gran familia, especialmente a Eider por ser el amor humano para él.

Podéis encontrarlas y apoyar su excepcional labor en: https://txikasdeetxauri.com/ 

Mamá te quiero.