“Vivir o morir no
es lo importante, el éxito es que sé lo que es el amor, la calidez y una mano
amable. Y si tan solo lo vivo dos días, dos meses o diez años, esto será lo que
mi corazón guarde, el haber sentido amor. Si muero mañana, aunque solo haya
estado en esta nueva vida, horas, o días, será el éxito de mi vida. No será un
fracaso puesto que lo realmente importante es haber sentido. Y sentir la
calidez de un hogar, es maravilloso. Mi alma acogerá este sentir y lo anclará
en mí, y así mi vida tendrá un sentido. Porque cuando sientes todo cobra
sentido,
Me iré sabiendo que el amor estuvo conmigo, que me abrazó y me acunó. Olvidé a mi madre hace mucho, tanto dolor era como una niebla que atenazaba mi corazón, así que empezó a desdibujarse. Perdí el relieve de los bordes y se fue atenuando su recuerdo en mí. No fue algo que sucediera de repente, ni siquiera sabia que sucedía, sin más un día sólo sentí que no tenía claridad en ese recuerdo.
Cuando entra el dolor, la angustia y la tristeza, el amor se
apaga, es como poner algo en mute. No deja de estar, pero no se percibe igual. No
es algo malo, de hecho, es sano sentir el dolor. Pero hay que dejar que recorra
el camino, que se agote, que haga su labor y decirle adiós, para que el amor
vuelva a ocupar su trono. Amor no desde la visión romántica o alegre de todo es
perfecto y soy feliz y mi vida es maravillosa, amor desde estoy viva, gracias.
Y de nuevo me encontré con ese gran concepto del estar viva.
Que todos los animales celebran cada día, cada segundo de su existencia. Sólo siendo
y estando en la presencia, siendo quienes son, sintiendo lo que llega y la
experiencia les trae. Dolor, pues dolor, tristeza, perfecto, vivo y siento y
sigo con esperanza. Para algunos los animales no tienen todo este complejo
sentir de percepción, pero sólo diré que si he llegado a amarme y a ser mejor
humana es gracias a ellos. Ningún humano me ha enseñado lo que ellos, quizás
también se deba a que con ellos no hay barreras, sólo amor. Y es uno de los
mayores regalos que me dio mi madre. El amor a los animales, haber crecido en una
casa donde los animales eran parte de la vida diaria, donde nos rodeábamos de
ellos y eran amados.
Cómo tanto se habla en terapia, ¿vives o sobrevives? Muchos
profesionales hablan de la supervivencia de ese estado de alerta constante y de
estrés cómo algo animal e instintivo. Estar en completa tensión, regidos por nuestra
parte mas animal. Y lo siento, pero no lo comparto. Solo hablan de la parte fisiológica
o biológica del animal, pero olvidan que los animales no son sólo un organismo
de células que vive la vida por instintos y motivaciones básicas de vida, un
animal vive por existencia. Sabe qué es la vida, la elige vivir y aunque no
todos están en la misma evolución, muchos de ellos saben de sobra vivir en
total calma. No confundamos estar alerta con estar en supervivencia, creo que
al final se han errado los conceptos, o sus asociaciones. Sé como trabaja la
mente de un animal, humanos incluidos. Llevo muchos años observando la mía, la
de los que me rodean y sobre todo trabajando con la de muchos animales desde diferentes
puntos de vista. Y si hay algo que he aprendido es que todo radica en la
consciencia. La falta de perspectiva, de comprender las diferentes visiones del
mundo, desde cada ser que lo habita, es lo que nos ha dado la ilusión y el dogma
del antropocentrismo.
Ellos ya lo hacen, y os seguro que son muy felices en ese compartir. Lo hemos olvidado, pero no hace tanto, aún está en nuestras células y anhelos. Os lo aseguro. Así al comunicar con este bendito mastín que me habló sobre el éxito que es vivir, sané un poco más mi miedo a la vida, que a veces me atenaza. Sané mi miedo a dejar de existir en la memoria de mi madre, porque ella ya no me recuerda. Sané el miedo a errar porque todo cuenta, y cada aliento, lágrima y caída me han hecho ser quien soy. Pero también sané y abracé lo bonito que es triunfar y ser feliz y cuánto me lo he impedido. Todo esto por escuchar a un sabio mastín que me toco el corazón con esa tristeza profunda en su voz, pero a la vez la calma de quien se sabe vencedor de esto que llamamos vida, porque si sientes, todo cobra sentido.
Gracias a Nahui, el gran Mastín. A Arantxa de Txicas de Etxauri y toda esa gran familia, especialmente a Eider por ser el amor humano para él.
Podéis encontrarlas y apoyar su excepcional labor en: https://txikasdeetxauri.com/
Mamá te quiero.
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