La llamada animal

La llamada animal
Animales: Maestros y Sanadores

jueves, 3 de octubre de 2024

Un mastín nos habla sobre el vivir


 Hace pocos días hablaba con un mastín que me transmitía un mensaje muy bonito sobre el acierto de vivir. Que, aunque la vida sea dura, cruel y abusiva, está para vivirla porque nunca sabes que puede suceder si mantienes la esperanza. Él tuvo una vida dura, complicada pero ahora lo han acogido unas chicas que son sus ángeles. Él  me decía que, tras una vida tan dura ahora al fin, en un hogar de amor y calidez, para él esto era su gran éxito. Está delicado de salud y yo le preguntaba si se animaba a agarrarse a la vida, qué intención tenía si seguir o ya sentía llegaba su momento. Y me contestó algo que me emocionó, como tan a menudo lo hacen:

 “Vivir o morir no es lo importante, el éxito es que sé lo que es el amor, la calidez y una mano amable. Y si tan solo lo vivo dos días, dos meses o diez años, esto será lo que mi corazón guarde, el haber sentido amor. Si muero mañana, aunque solo haya estado en esta nueva vida, horas, o días, será el éxito de mi vida. No será un fracaso puesto que lo realmente importante es haber sentido. Y sentir la calidez de un hogar, es maravilloso. Mi alma acogerá este sentir y lo anclará en mí, y así mi vida tendrá un sentido. Porque cuando sientes todo cobra sentido,

Me iré sabiendo que el amor estuvo conmigo, que me abrazó y me acunó. Olvidé a mi madre hace mucho, tanto dolor era como una niebla que atenazaba mi corazón, así que empezó a desdibujarse. Perdí el relieve de los bordes y se fue atenuando su recuerdo en mí. No fue algo que sucediera de repente, ni siquiera sabia que sucedía, sin más un día sólo sentí que no tenía claridad en ese recuerdo.

 Y esa tristeza se hizo profunda y arraigó. Pero un día al sentir el amor de un hogar, el recuerdo cobró color. Porque a los recuerdos no los mata el dolor, sólo los cambia de perspectiva. Nada se pierde u olvida, sólo se transforma. Ella no te ha olvidado, los recuerdos viven en su amor a ti. Sé el calor del hogar, sé la vida, y ella vivirá en ti. Contigo. Por siempre. Como mi madre está conmigo. Cómo la Tierra está con Todos.”



Cuando entra el dolor, la angustia y la tristeza, el amor se apaga, es como poner algo en mute. No deja de estar, pero no se percibe igual. No es algo malo, de hecho, es sano sentir el dolor. Pero hay que dejar que recorra el camino, que se agote, que haga su labor y decirle adiós, para que el amor vuelva a ocupar su trono. Amor no desde la visión romántica o alegre de todo es perfecto y soy feliz y mi vida es maravillosa, amor desde estoy viva, gracias.

Y de nuevo me encontré con ese gran concepto del estar viva. Que todos los animales celebran cada día, cada segundo de su existencia. Sólo siendo y estando en la presencia, siendo quienes son, sintiendo lo que llega y la experiencia les trae. Dolor, pues dolor, tristeza, perfecto, vivo y siento y sigo con esperanza. Para algunos los animales no tienen todo este complejo sentir de percepción, pero sólo diré que si he llegado a amarme y a ser mejor humana es gracias a ellos. Ningún humano me ha enseñado lo que ellos, quizás también se deba a que con ellos no hay barreras, sólo amor. Y es uno de los mayores regalos que me dio mi madre. El amor a los animales, haber crecido en una casa donde los animales eran parte de la vida diaria, donde nos rodeábamos de ellos y eran amados.

 

Cómo tanto se habla en terapia, ¿vives o sobrevives? Muchos profesionales hablan de la supervivencia de ese estado de alerta constante y de estrés cómo algo animal e instintivo. Estar en completa tensión, regidos por nuestra parte mas animal. Y lo siento, pero no lo comparto. Solo hablan de la parte fisiológica o biológica del animal, pero olvidan que los animales no son sólo un organismo de células que vive la vida por instintos y motivaciones básicas de vida, un animal vive por existencia. Sabe qué es la vida, la elige vivir y aunque no todos están en la misma evolución, muchos de ellos saben de sobra vivir en total calma. No confundamos estar alerta con estar en supervivencia, creo que al final se han errado los conceptos, o sus asociaciones. Sé como trabaja la mente de un animal, humanos incluidos. Llevo muchos años observando la mía, la de los que me rodean y sobre todo trabajando con la de muchos animales desde diferentes puntos de vista. Y si hay algo que he aprendido es que todo radica en la consciencia. La falta de perspectiva, de comprender las diferentes visiones del mundo, desde cada ser que lo habita, es lo que nos ha dado la ilusión y el dogma del antropocentrismo.




Nuestra visión del mundo es una más, junto a la de los demás de todos los reinos. Comprender como viven otros seres en nuestra realidad física es importante para tener más visión de este gran telar. Pero no nos olvidemos de la realidad emocional, psíquica, energética. Si comprendemos, podemos aprender y evolucionar. Nos haremos más sabios, y también más compasivos. Seremos parte de algo grande a lo que siempre hemos pertenecido. Recordaremos quienes somos, quienes vinimos a ser, no que vinimos a hacer.


Por eso hablo con los animales, pero no solo con ellos, arboles, piedras, volcanes, todo lo que esta vivo, tiene pulso, está dotado de espíritu y se comunica. El ser humano debe volver a escuchar el antiguo idioma de este planeta. Debe volver a sentirse parte intrínseca de la Tierra. Volver a ser sus hijos, sanar las heridas y comprender a todos sus hermanos y por supuesto comprender y amar a la gran Madre que todos compartimos, Gaia.

 

Ellos ya lo hacen, y os seguro que son muy felices en ese compartir. Lo hemos olvidado, pero no hace tanto, aún está en nuestras células y anhelos. Os lo aseguro. Así al comunicar con este bendito mastín que me habló sobre el éxito que es vivir, sané un poco más mi miedo a la vida, que a veces me atenaza. Sané mi miedo a dejar de existir en la memoria de mi madre, porque ella ya no me recuerda. Sané el miedo a errar porque todo cuenta, y cada aliento, lágrima y caída me han hecho ser quien soy. Pero también sané y abracé lo bonito que es triunfar y ser feliz y cuánto me lo he impedido. Todo esto por escuchar a un sabio mastín que me toco el corazón con esa tristeza profunda en su voz, pero a la vez la calma de quien se sabe vencedor de esto que llamamos vida, porque si sientes, todo cobra sentido.




 

Gracias a Nahui, el gran Mastín. A Arantxa de Txicas de Etxauri y toda esa gran familia, especialmente a Eider por ser el amor humano para él.

Podéis encontrarlas y apoyar su excepcional labor en: https://txikasdeetxauri.com/ 

Mamá te quiero.

 

  







No hay comentarios:

Publicar un comentario