De nuevo despedimos a una gran Reina de Yellowstone, La Loba 907F.
Imagen de Taylor RabeA sus largos 11 años, la Reina de los Lobos, como cariñosamente se la conocía por muchos fotógrafos y amantes de la vida natural, nos ha dejado. Su muerte ha sido de causas naturales, tras una reyerta con otro grupo de lobos, sus heridas fueron letales.Fue la última contundencia que trajo a su grupo. La seguridad de un territorio, por el momento. Un buen regalo.
Murió el día de Navidad, ella una gran matriarca que no sólo había guiado y sostenido a su manada, sino que a los 11 años, en esta pasada primavera había vuelto a ser madre. La esperanza de vida en ese parque ( según estudios) son 4 años , 5 con mucho éxito, la Reina tenía 11. Y seguía guiando y teniendo un papel de liderazgo en su manada y en ese reinado.
De carácter amable y calmada, era tenaz y observadora. A los 4 años perdió un ojo, y a los pocos años una cojera bastante pronunciada, hizo que muchos temieran por su vida. Pero no sólo vivió, sino que por todo esto, se convirtió en alguien aun mas sabio, más contundente y más sereno.
Su aullido era calmado, grave y bajo, no necesitaba demasiados adornos, sólo quería saludar a los vientos. Su vida fue un regalo para esa tierra y en su legado, cientos de lobos la recuerdan. Y el bosque. Y los Cuervos también cantaron su partida.
Las Grandes Matriarcas se retiran al Hogar de las Estrellas, no es una pérdida es un regalo, lo fue su vida y lo es su tránsito. Abren el camino de nuevo, como buenas matriarcas. Una vez hecho el suyo, se retiran con honor a su merecido descanso.
Ella nos regala unas palabras:
“Soy una abuela de Lobos. Mi camino ha sido largo, a veces doloroso e intenso, otras pleno y certero. Pero siempre tuve clara la senda. Nunca me cansé de ser quien soy y ofrecer eso a la vida. Si estas cansada revisa bien tu camino, porque nadie se cansa de ser quién es. Te cansas de lo contrario, de mantener máscaras, poses o expectativas. Tuyas, de otros, de la sociedad. Si eres honesta contigo misma, vivirás una larga y sincera vida. Una matriarca, una líder abre camino y a menudo esa acción nos regala cicatrices. Pero no son pérdidas, no son heridas, son el pleno recordatorio de la fuerza que fui, soy y seré siempre. Algunos lobos jóvenes querían moverse rápido, lejos y pensaban que su fuerza y ferocidad les llevarían a grandes hazañas. Siempre les aconsejaba, que la primera aventura de la vida de un lobo era ser amigo de la soledad que habita en el ser que somos. Y que tras amar esa soledad, que yo llamo Unicidad, del Uno, del Único. Tras amarla, su fuerza estaría en la tierra, en los compañeros, en los ríos, en los hermanos del viento. Y entonces estarían preparados para moverse lejos y ferozmente en la vida. Porque todo lo que Uno Es, te acompaña. Sólo o en manada. Nieve o haga sol. Debemos sabernos únicos para regalar nuestra presencia al mundo. Con Honestidad y Amor.
Da igual cual sea tu papel en la vida, da igual quien te rodee. Lo único importante es saber quien eres y cual es tu aporte para los demás. La tierra nos acoge como partes genuinas de su expresión. Muchas y muchos, han muerto antes que yo, seres importantes para otros, buenos lobos. Hemos despedido a muchos amigos.
Ahora vuelo a la estrella que un día me vio crecer, allí están mis Madres. Tengo ganas de tumbarme y contemplar los cielos de aquellas lejanas tierras. Echaré de menos el sabor del bisonte, era comida sagrada. Y también olfatear en el viento, escuchar las canciones del bosque. Todo es mucho más sencillo, si lo haces así, la vida es prospera y larga.
Saludaré a la Reina del Tetón de tu parte, siempre te escuchamos. Todos te oímos. No sólo nos oyes tú, y tu canción es bellísima. Y llega lejos, vuelve a pisar estas tierras, verás que nunca te fuiste en realidad.
Vive libre Yellowstone, hasta el fin de los días,”
La Reina de los Lobos, a través de Asia Moana.
A menudo se nos hace duro despedir estas bellas Abuelas, pero es necesario agradecer y dejar que los ciclos sigan. Celebremos que nos abren los caminos y honremos sus vidas y el legado que somos gracias a sus aprendizajes y sentires. Eso es honrar al que se fue, no dejando que su fuerza caiga en el olvido.
Te queremos Gran Abuela, descansa en paz, te lo mereces.
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