Recupero uno de mis primeros post sobre la muerte, que escribí hace años y ahora no estaba disponible en la web.
Hace ya tres meses que me despedí de Buddy, mi abuelo
bretón, nos hizo el mayor de los regalos al compartir lo natural y en paz que
es morir. Siempre lo creí así, ahora lo sé, es un regalo más que nos hacen,
hasta ese ultimo instante siendo tan generosos y preocupados por nosotros.
Una noche de octubre que hacia bastante frío, salimos a
pasear, cerca de la Torre, a él le encantaba pasear por aquella zona, había
muchas plumas de tórtolas, pues hay un pinar y allí duermen, y se ponía debajo
e iba siguiendo el rastro de todas las plumas que estaban caídas, yo me quedaba
riendo mirándole, pues a su edad ya andaba bastante corto de vista y oído pero
de olfato ni un ápice había bajado.... pues esa noche estaba yo sentada en el
escalón que conduce a la Torre, cuando se me acerco, moviendo su rabito, y se
puso cara con cara, y sentí que me decía que ya llegaba su momento, había
tomado la decisión, y empezaba su proceso desde ese instante.
Os podréis imaginar la ansiedad que me entro por el corazón,
lo abrace llorando y le dije cuanto le quería, y le di las gracias por tanto y
tanto, Buddy estuvo en una etapa movida de mi vida, sosteniendo y
guiándome... así que le dije que le daba mi bendición para que
partiera en paz y serenidad, y que si necesitaba de mi en algún momento me lo
hiciera llegar.
Desde ese momento comenzó todo su proceso, que tuve el inmenso privilegio de sentir en primera persona, pues él me iba contando como se iba sintiendo, cada etapa, cada momento. Sentí como se secaban los tejidos de sus órganos internos, como la mente se desorienta, como la energía del primer chakra se va absorviendo dejando ancladas las memorias, y soltando la Tierra... fue duro pero bonito a la vez, pues acompañada por él, fue dulce y sereno.
Paso algo así como un mes después de esa noche, cuando
empezó a apagarse poquito a poco, solo quería estar cerca nuestro, de las
personas que amaba, y así fue. Estuvimos los que habíamos estado en su vida, a
su lado, acompañando el proceso natural de la muerte, aun recuerdo como puso su
cabecita entre mis piernas para despedirse...
Cuando estaba en la ultima fase, ya tumbadito sobre su
camita, me vino a la cabeza, que seria bueno limpiar la habitación donde
estaba, así que prendí palo santo e hice círculos sobre su cuerpecito, con una pluma que había recogido de sus
amigas las tórtolas, y al estar haciendo esto me vino a la cabeza una canción,
una nana, no se de donde salio, ni siquiera que cantaba, solo empecé y me deje
llevar...
A las pocas horas, justo cuando estábamos recordando sus
grandes hazañas, allí a su lado pero sin estar encima de él, respetando su espacio, como
habíamos observados en otros perros y animales, en ese momento, hizo su ultima
respiración, tan calmada, tan en paz, y dejo este mundo... Nos acercamos y le
besamos, abrazamos y mandamos toda la luz que sentíamos para ese momento,
encendimos velas y lloramos su partida, pero con la sensación de haber estado
ahí con él, compartiendo la dulce muerte, la frase que nos salio fue: ¡yo quiero
morir así!
Mi hijo mayor , salio del colegio contándome que a
esa hora había tenido un fuerte dolor de tripa y como si hubiera escuchado a
Buddy ladrar, él estaba en clase y salio muy removido pero muy tranquilo, mi
hija pequeña se despertó diciendo que el Buddy estaba arriba en
las estrellas y en la luna, me emocione tantísimo....
Fue su ultimo regalo, en la vida física, sanar nuestro miedo
a la muerte, hacernos participe de ese momento tan intimo y especial,.
Regalarnos el poder sentir como es morir de manera natural, sin artificios tan
solo con amor, y es el mejor regalo que me han hecho en la vida.
Así de generoso era él, maestros de maestros, Buddy. A los
días tuve un sueño donde lo vi realmente como era, una gigantesca bola de luz
dorada que solo mirarla sentías el amor y la paz en todo lo que llegaba a
iluminar, sentí que estaba todo bien, sentí tranquilidad y calma en mi corazón
y así pude llorar en calma la despedida de mi compañero de camino, Buddy el
maestro de todos los maestros! No pasa día que mi hija pequeña no lo recuerde su "Bury" siempre estará en todos nosotros, pues al haber vivido su muerte como un regalo que nos entregó, lo recordamos siempre con una sonrisa en la cara y en el corazón.
Te
amamos gran Buda-y! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS <3
Todo esto que me enseño el Gran Buddy, es lo que transmito en el curso "Sintiendo la Muerte" Los animales nos enseñan a sentir la muerte.
Precioso artículo y maravilloso blog, me ha encantado. Ya tienes un nuevo seguidor desde Cantabria. Saludos...
ResponderEliminarhttp://faunacompacta.blogspot.com.es/
Gracias Germán! Me encanta tu blog también,así que nos seguimos mutuamente!! Saludos desde el mediterráneo!!
EliminarPrecioso...Muchas gracias por esas bellas y sinceras palabras, tan llenas de amor...Te seguiré :)
ResponderEliminarGracias
http://noquedabanletras.blogspot.com.es/