El equilibro de la Tierra lo dan aquellos que aun la sienten como Gran Madre...
"Los seres humanos tienen una visión
desvirtuada de la relación entre la presa y el depredador. La mirada del humano
siempre es desde la dominación y la jerarquía y de nuevo os equivocáis. En la naturaleza
nada es jerárquico ni sobresale, no hay rivalidad ni competencia sino cooperación
y unidad.
Cuando los depredadores cazamos somos conscientes del regalo que nos
da la presa. Bendecimos esa vida, sabiendo que sin ella no seriamos nada. Y por
ello la vida de la presa pasa a ser más importante que la nuestra.
Honramos las presas, les damos las gracias
por su entrega. Les cantamos canciones antiguas que vosotros ya olvidasteis
hace mucho.
Así la caza se crea, los pasos se dan y
no hay drama, no hay violencia, sino una danza donde ambas partes se dan una a
la otra. Muchas veces los seres humanos miran con admiración a los depredadores pues se sienten más unidos a
ellos que a ciertas presas, es maravilloso sentir la fuerza del león, las
garras del jaguar o el pico que arranca carne del águila, pero de nuevo os
decimos, mirar también con admiración a la cebra, al ciervo o al salmón. Ellos
nos traen la vida, nos otorgan su don de vida para que podamos continuar, eso sí
es admirable.
Y nosotros les honramos, y son parte de
nosotros. El depredador entona su canto antes de salir a cazar pidiendo a ese espíritu
que esté preparado, que quiera entregarse a que surja en su senda de caza. Aquel
que quiera darse, aparecerá. Todo está conectado, así todo es como debe ser.
Y cuando nos miramos, en ese momento de contacto
visual, comienza el canto y la danza. Saltamos, corremos, oteamos, nos
agazapamos porque de esos se trata la danza de la caza. Y ellos saltan, corren
se camuflan o simplemente miran midiendo la distancia, oliendo el canto. Y ellos
se dan a la danza, pero no sin antes luchar por su vida. Porque ¿Qué honor habría
en vivir en la tierra sin luchar por seguir vivo? ¿Qué sería de nuestros
cuerpos sino viviéramos hasta el último segundo sintiéndolo como nuestro templo?
Esta es la danza, a veces uno lleva los
pasos, a veces los llevan los otros… pero es una danza, cosa de dos espíritus
unidos por Todo Lo Que Es. Ese espíritu te otorga toda su vida para que continúes tu senda, está en cada uno de nosotros el deber de valorarlo, de no despreciarlo y honrarlo. Nunca se caza más de lo que podemos comer. Cada parte de ese animal es para un ser que hará que no quede ni el más mínimo rastro en la tierra. Así se honra, sin desperdicio, sin acumular, sin codicia. Cuando no se honra a la presa, ese espíritu te posee y hace que enfermes. Ese es el precio que la humanidad esta pagando por como se alimenta.
El ser humanos dejó de ver y sentir la
danza de la muerte, ahora la teme. Ahora solo posee enfermedad encerrada en sus
presas, miedo, tiranía y enfermedad, el mundo huele a eso. Pero hubo un tiempo
no muy lejano, en el que el hombre rendía culto a la presa. Y veían en esta
danza una manera armónica de conectarse con todo lo que le rodea.
El mundo cambia, y con el cambiamos
todos, estamos a la vuelta de otro gran cambio. ¿puedes olerlo?..."
Conciencia Animal de la Tierra través de Asi Hidalgo.
Este primer post lo dedico a los gatos que conviven con los seres humanos y nos ayudan a entender esta relación que hoy nos explican aquí. Y en el reino humano quiero dedicarle este post a Nana, una hermana que entiende como pocos lo aquí escrito. Gracias a todos!
Imagen de orca y arenque de Espen Bergersen, www.naturgalleriet.no
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