La dominación es quizás la mayor de las crueldades y oscuridades
que el ser humano porta en su haber. Para dominar algo, se debe poseer, se le
debe arrebatar todo cuanto es, y eso se llama romper el espíritu.
Es una de las técnicas más utilizadas en el mundo animal,
para “domar” desde caballos a elefantes pasando por cetáceos entre otros muchos.
He visto una fotografía esta mañana en Instagram y de nuevo
me ha venido este removimiento a mi ser, llevo años liada con este post, hasta
ahora solo había conseguido poner el título y algunas líneas, pero nada más,
esta foto me ha hecho moverme.
Quizás una de las más conocidas sea el breaking spirit de
los elefantes que se les hace en Asia, donde para hacerles adoctrinables se les
crea todo esto. Un breaking spirit pasa por coger una cría de elefante en este
caso, y aislarla de su circulo familiar. Se le ata a un árbol por unos días
sola sin comida ni agua. Después vienen los golpes, cortes y generar el mayor
terror y dolor posible a un animal inocente y sensible en una etapa de
cachorro.
Así se les moldea, se les arrebata, se les aplasta para que
después de semanas de esta barbarie que no explicare mas porque no creo que al
final nos lleve a ningún lado bueno, después de estas semanas, un hombre que ha
tenido mucho cuidado de no haber participado en estos brutales actos, viene y
lo libera. Es uno más de ese grupo, pero para el elefante será su salvador, su
mahout.
Desde ese momento este animal sin espíritu ni fuerza solo-vera
a través de sus ojos, será fiel al ser único en la tierra que le ha dado algo
sin dolor. Ya se ha creado el vínculo. Un vínculo soez, mezquino y horrible ya
que no es limpio ni forjado desde el amor que es como se crean los vínculos.
A esta técnica se la llama pajaan, romper el alma de los
elefantes. Y sabéis lo más aun esperpéntico es que solo alguien a quien se le
ha roto el alma, puede hacer esto.
Conecto con Rajú, un viejo amigo elefante que estuvo
rescatado de una vida infernal de maltrato por más de 50 años, y que siempre ha
tenido un especial lugar en mi corazón. Le pido que me hable sobre esta dominación
encarnizada y si bien no quiero pedirle que recuerde aquellos momentos de dolor
ni miseria, quiero que me ayude a comprender como alguien con el espíritu roto
puede seguir vivo, y como ayudarles si hay alguna manera.
Al verle en una fotografía tan sano y bonito no puedo parar
de llorar, él solo me dice que lo abrace, hace mucho que no hablo con él. Me pongo
entre sus enormes patas y ahí lloro en silencio por bastante rato, me es muy difícil
esta conexión.
Me veo como una niña entre esas enormes patas y mis palabras
son, no puedo entenderlo, no podre, como pueden a un bebe…
Rajú solo me abraza y toca con su trompa la espalda consolándome
y empiezo a balancearme. Es algo que hago desde niña, balancearme en momentos
de angustia y dolor, es una de las mayores estereotipias que podemos ver en
muchos animales cautivos y en muchos niños. Eso me lleva a un estado de calma.
Me muestra su latido, tan pausado y profundo, TUM…TUM…TUM Y allí me siento
arropada en paz. Me meto debajo de su gran cuerpo y me quedo en silencio, escuchando
su gran corazón y cuando ya estoy en calma total, le pido que me comparta lo
que él sienta sobre este tema:
"Recordamos todo lo que nos pasa. No olvidamos nada. Pero no
nos anclamos al pasado. Sucedió. Paso. Nos rompió. Dolió. Mucho. Pero ahora no
es. No esta ahí. Vivimos el momento que nos toca, hoy, solo hoy. Es la manera
de vivir la experiencia sin quedarte anclado en energías densas o difusas.
Recordamos todo, mucho más de lo que ellos creen, los
olemos, recordamos hasta el sabor de su sudor, no olvidamos jamas quien nos agrede,
tampoco quien nos cuida, quien nos ama y ayuda.
Recordar no quiere decir que sea sufrimiento. Puedes recordar
algo sin entrar a revivirlo emocionalmente. Por eso somos los grandes guardianes
de las memorias porque sabemos de sobras como hacer el recuerdo desligado a la emoción.
Sino nos sería imposible vivir.
La rotura del espíritu es mucho mas frecuente de lo que creéis,
lo hacéis con vuestros niños en el sistema que les dice que son torpes, que no
valen, que deben ser iguales y que compitan por algo entre ellos. Cuando son
abandonados de la fuerza y protección el hogar para ser dejados en manos de
otros que los obligan a estar sentados horas y horas. Quizás ahí no son golpeados,
no son quemados, pero están solos. Abandonados. Eso lo sienten ellos. Vuestro
sistema dice que es lo normal, que un niño con 3 años viva esa separación no
natural impuesta y obligada, porque es lo que toca. Así que no lo contempláis como
algo cruel sino normal.
Cuando algo se le da normalidad es muy peligroso, porque quizás
acechan demasiadas cosas que no deseamos ver. Hay muchos tipos de romper el espíritu.
Quizás la nuestra es de las mas terribles, cruentas y duras, pero no es la única. Quizás a nuestros mahout les enseñaron esa normalidad. Sólo alguien roto, es capaz de romper.
Darse cuenta de todo ello, es parte del camino para sanar. ¿Por que, de que sirve señalar a unos pocos y enrabiarse o dolerse? ¿Sino aprendemos
nada? Hay que aprender de lo que vivimos, esa es la gran aventura de vivir, aprender.
Hay que aprender que la dominación no es el camino natural
del hombre. Que la libertad es mucho más que un sentir; es el estado natural de
los seres de la tierra. Nos pertenece por derecho y a vosotros también.
El humano debe aprender a ser libre, a dejar atrás las
cadenas por más seguridad que les dé. Por más control que quieran, las cadenas
deben caer. No solo al pueblo de los Animales, sino a vuestros niños. A vuestros
corazones. No hay otra manera.
Cuando algo te enfurezca, algo te duela de verdad mira bien
hondo a tu corazón, veras que hay una cadena atada ahí, síguela, deslízate por
ella y mira a que esta atada. Que hay, que sientes, y respíralo, abrázate a
quien te consuele o muévete, balancéate, grita o simplemente observa.
Una vez
seas capaz de ver tus mayores cadenas y no juzgarte, empezaras a ser libre.
Soy Raju, el Libre, quiero agradecer a Asia por todo lo que
me sostuvo en mi viaje a la libertad, la recuerdo tan bien. Y a todo el grupo de Conexión
del Alma Animal, me muestra a Conchi se acuerda de sus mandalas, y todos los
que estuvieron conmigo, como he dicho antes no olvido nada.
Sólo alguien libre es capaz de generar esa libertad.
He perdonado todo, soy Libre, ya no hay cadenas en mi cuerpo
ni en mi alma y por eso he podido recuperar mi espíritu. Así se recupera,
quitando las cadenas del alma, y abrazando cada cicatriz sin miedo. Doliéndote,
abrazándote, moviéndote, aquietándote…
Siempre hay esperanza, siempre, los que Nunca Olvidamos
siempre lo Recordamos."
Rajú el Libre a traves de Asia Moana.
Sólo decirles gracias, y sigo en su gran regazo escuchando el TUM...TUM... en este momento no hay más que pueda ni sienta hacer. Tan sólo quiero liberar esas cadenas para que no deban ser expresadas por ningún ser nunca más.
Asia Moana
Imágenes y fuentes:
https://www.worldanimalprotection.cr/noticias/9-cosas-que-necesitas-saber-sobre-los-paseos-en-elefante
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